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TALA DE ARBOLES: UN RIESGO AMBIENTAL

La deforestación, o tala de árboles, es un proceso impulsado principalmente por actividades humanas que resulta en la destrucción de superficies forestales. Esta práctica está estrechamente relacionada con la industria maderera, así como con la expansión de terrenos agrícolas, mineros y ganaderos. [1]

Al talar o quemar bosques para estos fines, no solo se elimina una parte significativa de los bosques, sino que también se destruyen ecosistemas completos, afectando gravemente la biodiversidad y el hábitat de numerosas especies.[1]

Cuando un bosque es reemplazado por actividades como la agricultura o la ganadería, la capacidad de la Tierra para regular su clima y composición química disminuye considerablemente. Esto tiene un impacto directo no solo en el medio ambiente, sino también en la estabilidad climática y la salud de los ecosistemas.[1]

Consecuencias de la Deforestación:

  1. Pérdida de biodiversidad: La desaparición de especies vegetales y animales que dependen de los bosques.
  2. Desertificación: La degradación del suelo que lo convierte en árido y menos productivo.
  3. Inundaciones: La ausencia de árboles disminuye la capacidad del suelo para absorber agua, lo que aumenta el riesgo de inundaciones.
  4. Cambio climático: La deforestación contribuye a la alteración de los patrones climáticos, exacerbando fenómenos extremos.[1]

La solución más inmediata para frenar la deforestación es detener la tala indiscriminada de árboles. Sin embargo, una solución más sostenible implica la gestión cuidadosa de los recursos forestales, eliminando prácticas agrícolas destructivas y asegurando que los entornos forestales permanezcan intactos.[2]

Es crucial que cualquier tala de árboles se realice de manera equilibrada, acompañada de la plantación de suficientes árboles jóvenes para reemplazar a los más viejos en todos los bosques y selvas. Aunque el número de nuevas plantaciones aumenta cada año, todavía representa una fracción mínima de la superficie forestal del planeta, por lo que se requieren esfuerzos más intensivos y coordinados para revertir la pérdida forestal.[2]

BIBLIOGRAFÍA

[1] https://repositorio.utmachala.edu.ec/bitstream/48000/19049/1/Trabajo_Titulacion_287.pdf

[2] https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4761345.pdf